Trastorno por Estrés Postraumático
El Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) es un cuadro que sobreviene cuando un sujeto ha sido expuesto ante un acontecimiento traumático en el cual ha recibido un fuerte impacto a nivel emocional y físico. En algunos casos, el evento traumático solo conlleva un impacto emocional sin involucrar daños físicos. Son acontecimientos en donde la integridad física y psicológica del sujeto se ve amenazada, y la magnitud de la amenaza es tal que el aparato psíquico no logra elaborar lo percibido y vivido. En estas vivencias el sujeto suele experimentar la sensación de estar a punto de desintegrarse.
El trastorno puede presentarse a cualquier edad y la sintomatología puede aparecer desde meses hasta años luego del acontecimiento traumático ocurrido.
La característica de la sintomatología varía de persona en persona. Esto depende de las defensas del sistema psíquico de cada sujeto, de su historia previa, del tipo de apoyo familiar y social que posee y del grado de impacto que ha producido el hecho traumático.
Los síntomas que generalmente se presentan en los niños son:
Conductas regresivas
Miedos
Somatizaciones
Depresión
Problemas de conducta
Aislamiento
Mudez
Déficit de atención
Problemas del sueño
Enuresis
Encopresis
En el caso de los adolescentes y jóvenes los síntomas que suelen aparecer son:
Re-vivencias del acontecimiento traumático (flashbacks, pesadillas)
Dificultades para conciliar el sueño
Problemas de concentración
Irritabilidad
Impulsividad
Agresividad
Bloqueo emocional
Aislamiento
Encierro
Que a su vez pueden desencadenar cuadros de:
Ataques de pánico
Depresión
Abuso de sustancias
Adicciones
entre otros.
Un acontecimiento traumático impacta a la totalidad del sujeto afectando su aspecto fisiológico, psicológico y emocional. El aparato psíquico es arrasado por grandes magnitudes de estímulos que no pueden ser procesados por el sistema defensivo del psiquismo.
En el caso de los niños su desarrollo psico-emocional puede verse significativamente afectado debido al frágil estado del aparato psíquico que aún se encuentra en plena constitución.
En algunas personas, los traumas vivenciados pueden ser elaborados con el paso del tiempo sin ayuda profesional. Sin embargo, en otras personas las secuelas pueden permanecer durante años (incluso toda la vida) causando importantes dificultades e impedimentos en la vida cotidiana.
En el caso de los niños, cuando los padres (o uno de ellos) son afectados por el TEPT, pueden sufrir daños psicológicos y físicos en su desarrollo emocional y crecimiento.
¿Cuáles son los eventos traumáticos?
Un acontecimiento traumático es vivido como tal de acuerdo a las características de cada persona. Si bien hay sucesos traumáticos que son reconocidos como tales por la población general (catástrofes, guerras, violencias, abusos) hay otros que varían de persona en persona dependiendo de la cultura, la edad y la historia previa. Por ejemplo, una “mudanza” o “separación de los padres” pueden ser percibidas por un niño como hechos traumáticos que amenazan su integridad psico-física, mientras que otro niño puede no vivenciar dichos eventos de forma traumática.
Por ende, es importante respetar la subjetividad de cada persona y no precipitarse a descartar o ignorar los síntomas ya que pueden tratarse de secuelas de vivencias previas que han conmovido al sujeto.
Lic. Peichi Su